Mateo tiene un secreto,
y si algo le da miedo en esta vida, aún más que cualquiera de las leyendas de terror que circulan por el pueblo, es que sus vecinos descubran los besos que Félix y él comparten a escondidas
Un día, Félix propone a Mateo una aventura: acudir de noche a la Cueva de los Caídos, donde se dice que habitan las vengativas ánimas de los vecinos que murieron en la guerra.
Lo que parecía una inocente salida que les daría un poco de intimidad, se acaba convirtiendo en una pesadilla que obligará a Mateo a enfrentarse a sus miedos, algunos de los cuales no tienen su origen en este mundo, sino en el Más Allá.